07 septiembre, 2009

La Unión Europea prohíbe el comercio de focas

La Unión Europea ha decidido cerrar sus fronteras a los productos derivados de la cruel matanza de focas, cerrando también sus puertas al mercado de la industria canadiense. Anualmente, se lleva a cabo en Canadá una cacería de focas con fines comerciales que ha levantado las protestas vehementes de diversas organizaciones en defensa de los derechos de los animales.
El Departamento de Pesca y Océanos del gobierno canadiense ha justificado continuamente esta práctica con tres argumentos: que la cacería de las focas se lleva a cabo de manera humanitaria; que es una práctica sostenible y que está organizada y vigilada de cerca por el gobierno. Recientemente, el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat condenó esta matanza suministrando pruebas contundentes, como vídeos y testimonios de testigos, que aseguran que los grupos de cazadores apalean, disparan y arrastran por el hielo a las focas y las degüellan incluso, estando todavía vivas.
En los últimos años, la población de las focas arpa ha decrecido notablemente en el área del Golfo de San Lorenzo, brazo del océano Atlántico, al este de Canadá; debido sobre todo, al aumento de la cuota de caza permitida de focas, desde el año 2006, y ha dejado un saldo de casi un millón de focas arrasadas en menos de tres años.
La labor de los grupos conservacionistas por intentar desmontar los falsos argumentos del gobierno canadiense, ha sido ardua y prolongada. Recientemente, después de haber presenciado la cacería de focas, Carl Schlyter, miembro sueco del parlamento de la Unión Europea, introdujo una propuesta haciendo un llamamiento a la
Comunidad Europea por la prohibición de los productos del comercio de focas.
Los testimonios y pruebas in situ por parte de Humane Sociedad Internacional, fueron cruciales en la aprobación de esta resolución. Para esta asociación conservacionista, la resolución de la UE podría ser el final de la matanza de focas en Canadá. La resolución de la Unión Europea le ha costado a la industria canadiense más de 6,5 millones de dólares canadienses, al año.
Para las
Asociaciones pro-derechos de los animales esta resolución de la Unión Europea que rechaza de manera enfática la crueldad hacia los animales, es un primer paso histórico; muchos han trabajado muy duro para hacerlo posible. Se ha ganado una batalla, pero todavía queda mucho por hacer.
Vía hsus.org. Humane Society International